
Publicado abril 26 2022 – 5:10pm
Como todo lo que viene de Washington estos días, el propio discurso de Yellen fue peligrosa y grandiosamente delirante. Se pasó la mayor parte del mismo alabando la “cooperación” que cree haber logrado en la guerra financiera que dirige contra Rusia, mientras amenazaba a cualquier nación que se negara a cooperar, como si fuera un jefe de la mafia menor.
Por Barbara Boyd
El 13 de abril, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, pronunció un discurso en el Atlantic Council de Washington. En el discurso, “On the Way Forward for the Global Economy”, Yellen esbozó de forma escalofriante el nuevo “orden globalista” que fantasea que surgirá de la guerra provocada por la Administración Biden contra Rusia en Ucrania, mientras se presenta literalmente como “el mundo”. Fue un preludio de las reuniones del Fondo Monetario Internacional y de los ministros de finanzas y banqueros centrales del Grupo de los 20 esta próxima semana en Washington e Indonesia, en las que el cártel financiero globalista espera avanzar en su plan para una dictadura financiera verde mundial.
Como todo lo que viene de Washington estos días, el propio discurso de Yellen fue peligrosa y grandiosamente delirante. Se pasó la mayor parte del mismo alabando la “cooperación” que cree haber logrado en la guerra financiera que dirige contra Rusia, mientras amenazaba a cualquier nación que se negara a cooperar, como si fuera un jefe de la mafia menor.
Pero la campaña de odio que Estados Unidos y los británicos creen haber ejecutado de forma tan excepcional contra Putin con el objetivo de lograr un cambio de régimen, sólo ha dado como resultado un aumento de los índices de aprobación de Vladimir Putin en Rusia. Además, la gran mayoría de la población mundial -que vive en Rusia, India, China, Hungría, Eurasia, Oriente Medio, la mayor parte de América Latina y África- se ha negado a participar en la propuesta de destrucción económica del Estado ruso. En gran medida, las mismas naciones se han negado a cooperar con el Green New Deal y el Great Reset de los banqueros centrales, mientras que hablan de boquilla de los objetivos de descarbonización. En la Conferencia de las Partes 26 (COP 26) de Glasgow de 2021, Rusia, China e India se negaron a cometer el suicidio económico exigido. Desde entonces no han dado marcha atrás.
Las señales de que incluso los europeos, normalmente dóciles, han comenzado a rebelarse se demostraron en la primera ronda de las elecciones francesas, cuando Marine Le Pen estuvo muy cerca de vencer a Emmanuel Macron, desatando el pánico en Washington y Londres. Le Pen ha dicho que retirará las fuerzas francesas del mando de la OTAN, como De Gaulle, y reafirmará la soberanía francesa. Se ha opuesto a inundar Ucrania de armas con las que librar una larga guerra por poderes con Rusia.