Basado en los libros de los dispensacionalistas: Myer Peralman, Strong, Chafer, Stanley Horton,Williams
Por cuanto no se encuentra en el Antiguo Testamento el concepto de una iglesia formada por judíos y gentiles que son salvados y reunidos para la vida eterna, solo el Nuevo Testamento da la revelación divina sobre este importante tema. En el plan de Dios era necesario que Cristo viniera primero para morir en la cruz, fuera resucitado de entre los muertos y ascendiera a los cielos. Con la venida del Espíritu Santo en el día de Pentecostés, sin embargo fue posible que Dios cumpliera su propósito de tener una compañía especial de creyentes sin tener en cuenta la distinción entre Israel y los gentiles y cada uno de ellos con su propio lugar en el propósito eterno de Dios.
Según Hechos 2, confirmado por la experiencia de Cornelio en Hechos 10, los creyentes en Cristo fueron bautizados por el Espíritu (1 CO. 12:13) y llegaron a ser miembros los unos de los otros con el advenimiento del Espíritu Santo. Desde Pentecostés-es hacia adelante cada creyente que llegó a la salvación fue hecho miembro del cuerpo de Cristo, como vimos previamente en la doctrina del bautismo del Espíritu Santo. Una vez que la iglesia esté completa y sea arrebatada en el rapto al cielo, el propósito divino volverá a hacer la distinción normal entre judíos y gentiles que sean salvos durante el período de prueba que seguirá al arrepentimiento y en el reino milenial.
El judío, el gentil y la iglesia de Dios.
En la era actual, la Biblia reconoce tres grandes divisiones en la familia humana: el judío, el gentil y la iglesia de Dios (1 Co. 10:32). La observancia de estas distinciones es de gran importancia para comprender el propósito presente de Dios.
1. Los judíos o hijos de Israel son la nación que surgió de Abraham siguiendo la línea de Isaac y Jacob, y que, según el propósito y la promesa divina, son el pueblo terrenal escogido por Dios. Esta nación ha sido milagrosamente preservada hasta el tiempo actual y, según las profecías, todavía será el pueblo dominante y glorificado de la tierra en la edad del reino venidero (Is. 62:1-12).
Las promesas eternas de Jehová a su pueblo no pueden ser alteradas. Estas promesas incluyen una entidad nacional (Jer. 31:36), una tierra (Gn. 13:15), un trono (2 S. 7:13), un rey (Jer. 33:20-21) y un reino (2 S. 7:16). En la fidelidad de Dios, sus promesas, que son primariamente terrenales en carácter, han sido cumplidas hasta el momento presente y serán cumplidas por toda la eternidad; porque se dice que cada uno de estos pactos es eterno en duración. Cuatro palabras describen la operación del propósito divino en este pueblo: «escogidos», «dispersos», «reunidos», «benditos». Es obvio que fueron escogidos y que ahora están dispersos entre las naciones de la tierra. Todavía falta que sean reunidos y bendecidos. El ministerio peculiar de este pueblo se encuentra en Romanos 9:4-5 (cf. con Gn. 12:3).
2. Los gentiles son la vasta multitud incontable. Aparte de ciertos individuos, no hay noticias de que, en el período desde Adán hasta Cristo, Dios haya tenido alguna relación especial, o haya extendido alguna promesa inmediata a los gentiles. Sin embargo, las profecías del Antiguo Testamento predicen grandes bendiciones terrenales que vendrían sobre los gentiles en el reino venidero sobre la tierra, y en la era actual participarían al igual que los judíos en los privilegios del evangelio. los gentiles son todos los que no pertenecen al pueblo de Israel y por tanto no están incluidos en el pacto.
3. La iglesia de Dios no se refiere a la membresía de iglesias organizadas, sino a toda la compañía de los redimidos que habrán sido salvos durante La era actual. Son un pueblo distinto porque:
a) todos los individuos que la forman han nacido de nuevo, entran en el reino de Dios (Jn. 3:5) y han sido destinados a ser conformados a la imagen de Cristo (Ro. 8:29);
b) ya no están en Adán participando de la ruina de la vieja creación (2 Co. 5:17), sino que están en Cristo participando de la nueva creación, de todo lo que Cristo es en la vida y gloria de su resurrección (Ef. 1:3; Col. 2:10);
c) a la vista de Dios es cambiada su nacionalidad, porque están sobre una nueva base en la que no hay judío ni gentil, sino que Cristo es el todo en todos (Col. 3:11); d) ahora son ciudadanos del cielo (Fil. 3:20; Col. 3:3) y todas sus promesas, sus posesiones y su posición son celestiales (2 Co. 5: 17-18). De este modo este pueblo celestial se distingue de todos los demás pueblos de la tierra.
La iglesia formada por judíos y gentiles.
Ya han sido señaladas las respectivas posiciones terrenales de judíos y gentiles. A esto debe añadirse que durante la era actual, y para los propósitos de la gracia, Dios ha colocado a judíos y gentiles sobre una base común (Ro. 3:9). Se dice que ambos están «bajo pecado», lo que significa que ahora están limitados a la salvación por gracia solamente. Aclaramos para cualquier confusión, pues se ha culpado al dispensacionalismo de enseñar que hay dos medios o formas de salvarse. en todas las dispensaciones la medio de la salvación es el mismo, esto es Cristo, el requisito para salvarse es el mismo, esto es la fe, el objeto de la fe es el mismo, Dios. Lo que enseñamos es que el contenido de la revelación y la forma de Dios relacionarse con su pueblo ha cambiado.
El cambio en el programa divino, en la muerte de Cristo, del reconocimiento de una nación favorecida a un llamamiento de individuos tanto judíos como gentiles fue algo dificilísimo de entender para los judíos. El judío no comprendió que sus pactos habían sido puestos a un lado por un tiempo, pero que no habían sido abrogados. Las luchas de la nación con este problema están en el libro de los Hechos.
El judío se encuentra desajustado hasta el día de hoy en relación con este programa, y se ha predicho de él que permanecerá cegado en parte hasta que la iglesia sea llevada de este mundo (Ro. 11:25), después de lo cual el Libertador vendrá a Sión y quitará la impiedad de Jacob. Se afirma que éste es el pacto de Dios con ellos, cuando El quite sus pecados (Ro. 11:26-27). Sin embargo, por la predicación del evangelio, tanto judíos como gentiles están siendo salvados ahora y la iglesia está siendo edificada.
El apóstol dio instrucciones de que el evangelio sea predicado primeramente al judío (Ro. 1:16), y su propio ministerio fue ordenado de acuerdo con ese programa (Hch. 17:1-3). Como se ha sugerido, al apóstol Pablo le fueron dadas dos revelaciones: una, el evangelio de la gracia de Dios, probablemente cuando estaba en Arabia al comienzo de su ministerio (Ga. 1:11-12), y la otra, de la iglesia como cuerpo de Cristo, probablemente mientras estuvo en la cárcel (Ef. 3: 3-6). El rasgo vital de la segunda revelación es que de las dos fuentes —judíos y gentiles— Dios está formando un nuevo cuerpo (Ef. 2:15).
Este era un misterio, esto es, un secreto divino aún no revelado. No es secreto que Dios tenía propósitos para Israel o para los gentiles, puesto que éste es el tema del Antiguo Testamento en las profecías; pero el secrete escondido en Dios era la creación de un nuevo orden celestial de seres escogidos de judíos y gentiles.
La Iglesia: Su Propósito y Comisión
En la era actual Dios está dando a conocer su sabiduría y está manifestando su gracia ante las huestes angélicas por medio de la iglesia (Ef. 3:10).
En el cielo, la iglesia será por toda la eternidad la ilustración de lo que la gracia de Dios puede hacer (Ef. 2:7). Sin embargo, estrictamente hablando, la comisión divina de la iglesia se entrega más bien a individuos que a un grupo corporativo. Cristo, como cabeza de la iglesia, puede dirigir a cada creyente en los senderos de la voluntad de Dios en armonía con sus dones personales y el plan de Dios para la vida individual. Sin embargo, todo esto está en armonía con el propósito general de Dios para la iglesia en el tiempo actual.
En la iglesia como cuerpo, Dios está cumpliendo un propósito divino presente que se está revelando exactamente como fue profetizado en las Escrituras.
Relacion de la iglesia con los santos de otras edades
Cualquier aparente dicotomía entre los propósitos terrenales y celestiales de Israel y la Iglesia, es solamente aparente, y cuando no declaraciones descuidadas de algunos dispensacionalistas como Scofiel.
El propósito terrenal con Israel del cual hablan los dispensacionalistas, concierne a la promesa nacional que será cumplida a los judíos, durante el milenio, cuando vivan en la tierra con el cuerpo NO resucitado, el futuro terrenal para Israel no concierne a los israelitas que mueran antes del milenio. El Destino de aquellos que mueran es diferente. Los israelitas creyentes que murieron durante la era mosaica tendrán un destino celestial. Los no creyentes serán confinados al lago de fuego. Los judíos que crean hoy, son miembros de la iglesia que es el cuerpo de Cristo, y su destino es el mismo de los creyentes gentiles.
Las promesas terrenales a los judíos, se cumplirán en aquellos que estén viviendo cuando comience el reino milenial, y en aquellos que nazcan en cuerpos terrenales durante ese periodo. Es completamente incierto, o producto. Es completamente incierto, o producto del desconocimiento, decir que el dispensacionalismo, le niegue un destino celestial a los judíos.
La distinción terrenal-celestial entre Israel y la iglesia enseñada por los dispensacionalistas,es cierta, pero no es todo lo que los dispensacionalistas enseñan sobre el destino último del pueblo incluido en estos grupos.
Relacion de la iglesia con el reino
Debido a la aguda y muy delgada línea que trazan los dispensacionalistas , entre el propósito de Dios para Israel y el propósito de Dios para la iglesia, algunos suponen y enseñan, que los dispensacionalistas dicen que no hay relacion entre los dos. Los dispensacionalistas siempre han enseñado que la iglesia compartirá ese reino. Chafer dice que la iglesia reinara con él en la tierra, Sauer presenta la iglesia como la «Aristocracia Dominante», el personal administrativo oficial del reino que viene.
Al mismo tiempo las dispensaciones mantienen que la nación de Israel será restaurada para ocupar un lugar importante en el reino milenial. Aunque la iglesia es parte de ese reino, no es ese reino en ella misma.
La iglesia es la simiente espiritual de Abraham, los hijos en la fe, Los judíos son la simiente terrenal de Abraham,
La iglesia es la circuncisión espiritual, los Judíos son la circuncisión carnal.
La Biblia habla claramente de mas de un tipo de simiente de Abraham:
a) la simiente terrenal Isaías 41:8
b) Cristo la simiente de Abraham Gálatas 3:16
c) Los cristianos que son la simiente espiritual Gálatas 3:29