Pervertida Version Del Evangelio de Jesus


En los convulsionados anos 60’s, y enmarcado dentro de la confrontación del “imperialismo” v/s “comunismo”, en Latinoamérica surgieron variados grupos de liberación nacional y partidos de izquierda que envalentonados por la revolución Cubana trataron de cambiar el balance de poder dentro de sus respectivos países. Enarbolando las banderas Marxistas-Leninistas de la Unión Soviética, las experiencias Maoistas de China, y las teorías guerreras de Kim-Ill Sun en Corea del Norte se dieron a la tarea de desestabilizar los respectivos gobiernos a través de guerra de guerrillas o simplemente mediante un proceso de concientización política de las masas de obreros y campesinos.

En este hervidero revolucionario, nace lo que se denomino la Teología de la Liberación. Este movimiento mayormente católico, fue parcialmente inspirada por el  Concilio Vaticano II bajo el liderazgo del Papa Juan XIII, la encíclica papal “Popularum Progressiom” de 1967, y las resoluciones tomadas por los obispos católicos en la Conferencia del Episcopado Latinoamericano (Celam II) en Medellín, Colombia en 1968.

Estos teólogos católicos y algunos teólogos protestantes reaccionan frente a lo que ellos llaman:

  • la victimización de las mayorías pobres de Latinoamerica por la oligarquía nacional, el colonialismo, imperialismo y las corporaciones multinacionales que roban las riquezas de los respectivos países, hundiendo a su clase trabajadora en un vicioso circulo de pobreza que es imposible de romper.
  • Acusan a Estados Unidos de llevar a cabo un plan de desarrollo económico en las naciones pobres, para crear una dependencia donde las economías Latinoamericanas son controladas por decisiones echas en Estados Unidos o Londres.
  • Para perpetuar la explotación económica estas naciones desarrolladas, especialmente Estados Unidos, les provee ayuda político-económica y militar a las oligarquías nacionales para mantener el status-quo en sus respectivas naciones.

Al parecer de algunos obispos el mensaje fundamental del Concilio Vaticano II tiene tres objetivos fundamentales:

    1. Cambiar la actitud de la Iglesia Católica Romana frente al avance intelectual del mundo moderno, desde una posición de censura y condenación, a una de apertura y dialogo.
    2. Sanar la fragmentación de la Cristiandad con la participación Católica en el emergente movimiento ecuménico. Delegados de las Iglesias Protestantes y Ortodoxas fueron invitadas a las sesiones del concilio. Una series de diálogos bilaterales y multilaterales comenzaron entre Roma y otras denominaciones Cristianas.
    3. Enfrentar con honestidad y compasión la realidad de un mundo sufriendo violencia, opresión e injusticia. El concilio tuvo lugar en un mundo acosado por guerras de liberación nacional, guerras civiles, y la enorme distancia entre los que tienen y los que no en el mundo. La búsqueda de la paz y justicia fue concebida como una dimensión esencial en el mundo de la iglesia católica. 1

La Conferencia de Medellín fue el catalítico que unió el sentir de los diferentes países representados por sus obispos. Aquí se aunaron las voces en contra de la pobreza, desigualdad y opresión, en contra el escándalo de la injusticia social en un continente básicamente católico.2

En una sección crucial de la resolución final de la conferencia los obispos declaran que la fe Cristiana tiene que ir unida a la liberación histórica y social de sus pueblos, En una de sus partes dice:

Los obispos Latinoamericanos no pueden quedar indiferentes frente a las tremendas injusticias sociales existentes en Latinoamérica, la cual mantiene a la mayoría de nuestra gente en una pobreza desmayante que en muchos casos se convierte en una indigencia inhumana. Un ensordecedor lamento corre por las gargantas de millones de hombres, mujeres y niños, pidiendo a sus pastores por una liberación que no llega…

Cristo, nuestro salvador, no solo salva al pobre… pero también centro su misión en anunciar liberación al pobre…

A través de encuentros, conferencias, talleres y actividades comunitarias, estas ideas y propósitos de liberación, se regaron como fuego no tan solo en las áreas pobres de Latinoamérica, pero mas importante, en la receptividad de sus intelectuales. Escritores y teólogos desarrollaron un amplio material teorético de liberación, mezclando pasajes bíblicos con análisis marxista de la sociedad. El popular filosofo Marxista Ernst Bloch declaraba en la época que el ve dentro de los textos bíblicos “una lucha entre la voz de los oprimidos y los opresores”, y provocadoramente declara que “aquel que quiera ser buen Marxista, debería constantemente leer la biblia, de la misma forma, quien quiere ser un buen cristiano, debería tener a Marx como lectura diaria…”

En esta visión que divide al mundo entre opresores y oprimidos, varios historiadores argumentan que estas teorías teológicas de liberación fueron fuertemente influenciadas por la teología política Europea de  B. Metz, Jurgen Moltmann y Harvey Cox los cuales habían criticado fuertemente el carácter anti-histórico y la naturaleza individualista de la teología tradicional. (Visión prevalentemente Post-Modernista).

Por otro lado, sus representantes más destacados como Gustavo Gutiérrez de Perú, Juan Luis Segundo, Teólogo Jesuita Uruguayo y el Jesuita Mexicano Juan Porfirio Miranda fueron altamente influenciados por las teorías humanistas y sociales de Hegel, Marx, y Kant.

Algunas Proposiciones Básicas de la Teología de la Liberación

  • La salvación cristiana no puede darse sin la liberación económica, política, social e ideológica, como signos visibles de la dignidad del hombre.
  • Eliminar la explotación, las faltas de oportunidades e injusticias de este mundo.
  • Garantizar el acceso a la educación y la salud.
  • La liberación como toma de conciencia ante la realidad socio económica latinoamericana.
  • La situación actual de la mayoría de los latinoamericanos contradice el designio histórico de Dios y la pobreza es un pecado social.
  • No solamente hay pecadores, hay víctimas del pecado que necesitan justicia, restauración. Todos somos pecadores, pero en concreto hay que distinguir entre víctima y victimario.
  • Tomar conciencia de la lucha de clases optando siempre por los pobres.
  • Afirmar el sistema democrático profundizando la concientización de las masas acerca de sus verdaderos enemigos para transformar el sistema vigente.
  • Crear un “hombre nuevo” como condición indispensable para asegurar el éxito de la transformación social. El hombre solidario y creativo motor de la actividad humana en contraposición a la mentalidad capitalista de especulación y espíritu de lucro.
  • La libre aceptación de la doctrina evangélica, es decir, primeramente procurar a la persona unas condiciones de vida dignas y posteriormente su adoctrinamiento evangélico si la persona quiere. 3

Esta “reflexión critica sobre la practica histórica a la luz de la palabra” como lo llaman estos teólogos iluminados, deja de lado el mayor valor de la palabra de Dios, el cual es “la reflexión sobre la revelación divina de salvación”, para centrarse en la “praxis histórica” que es la lucha por los pobres y oprimidos. 4

‘Esta hermenéutica, esta metodología, ha sido juzgada por la Congregación para Doctrina de la Fe, en su Instrucción “Libertatis nuntius», como un error porque desde esa perspectiva lo que se está haciendo no es teología sino sociología religiosa (…)5

Más aun, el análisis Marxista de las escrituras, nos presenta a un Jesucristo político, revolucionario, comprometido con la causa de los pobres, como si esta fuera su principal causa. En esta perspectiva se pierde de vista todo el plan de Dios para la humanidad.

El mensaje de Jesús para los obreros es bien claro:

Trabajad,  no por la comida que perece,  sino por la comida que a vida eterna permanece,  la cual el Hijo del Hombre os dará;  porque a éste señaló Dios el Padre.”

Juan 6:27

Rechazo de la Iglesia Catolica

En los 80’s, el actual papa Benedicto XVI, entonces Cardenal, y por orden de Juan Pablo II, efectúo dos estudios sobre la Teología de la Liberación en el que algunas de sus conclusiones fue:

  1. Desde un punto de vista teológico, el análisis marxista no es una herramienta científica para el teólogo, que debe, previo a la utilización de cualquier método de investigación de la realidad, llevar a cabo un examen crítico de naturaleza epistemológica más que social o económica.
  2. El marxismo es, además, una concepción totalitaria del mundo, irreconciliable con la revelación cristiana, en el todo como en sus partes.
  3. Esta concepción totalitaria impone su lógica y arrastra las «teologías de la liberación» a un concepto de la praxis que hace de toda verdad una verdad partidaria, es decir, relativa a un determinado momento dialéctico.
  4. La violencia de la lucha de clases es también violencia al amor de los unos con los otros y a la unidad de todos en Cristo; es una concepción puramente estructuralista, para legitimar esa violencia.
  5. Decir que Dios se hace historia, e historia profana, es caer en un inmanentismo historicista, que tiende injustificadamente a identificar el Reino de Dios y su devenir con el movimiento de la liberación meramente humana, lo que está en oposición con la fe de la Iglesia.
  6. Esto entraña, además, que las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad reciban un nuevo contenido como «fidelidad a la historia», «confianza en el futuro», y «opción por los pobres» que en realidad les niega su sustancia teológica.
  7. La politización de las afirmaciones de la fe y de los juicios teológicos lleva a la aceptación de que un hombre, en virtud de su pertenencia objetiva al mundo de los ricos, es, ante todo un enemigo de clase que hay que combatir.
  8. Todo eso lleva a un clasismo intolerable dentro de la Iglesia y a una negación de su estructura sacramental y jerárquica, ‘hendiendo al Cuerpo Místico de Cristo en una vertiente «oficial» y otra «popular», ambas contrapuestas.
  9. La nueva hermenéutica de los teólogos de la liberación conduce a una relectura esencialmente política de las Escrituras y a una selectividad parcial y mendaz en la selección de los textos sacros, desconociendo la radical novedad del Nuevo Testamento, que es liberación del pecado, la fuente de todos los males.
  10. También entraña el rechazo de la Tradición como fuente de la fe y una distinción inadmisible entre el «Jesús de la Historia» y el «Jesús de la Fe», a espaldas del magisterio eclesiástico».[]

El llamado humanista y marxista de la teología de la liberación, es un mensaje pervertido y venenoso que centra todo su quehacer en el hombre  y no en la divinidad. Es una filosofía desprovista de toda fe y esperanza, que no confía en la palabra de Dios pues ni siquiera confía en la promesa permanente:

“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,  y todas estas cosas os serán añadidas.” Mateo 6:33

Pero estos profetas del error, no descansan en distorsionar la palabra revelada, y a través de sus oscuros teólogos amontonan escritos justificando su existencia de amargura y odio social, siempre en tinieblas, dependiendo en el materialismo dialéctico y no en el Espíritu de Dios.

Solo le pido que recuerden:

“Yo,  la luz,  he venido al mundo,  para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.” Juan 12:46

Si bien es cierto que la Teología de la Liberación hoy día no tiene tantos adeptos como en los 70’s, no significa que hayan desaparecido pues hay algunos rezagados y frisados en el tiempo como el Teólogo Evangélico naturalizado Hondureño, Juan Stam. Este señor que tiene un blog bajo su nombre dice lo siguiente:

“Me ha inspirado mucho el pensamiento del marxista Ernst Bloch6, creador de la filosofía de la esperanza. Cuando estuve estudiando en Tubinga a inicios de los años 70, el cuerpo docente muy amablemente invitaba a varios de nosotros a compartir sus coloquios teológicos. En uno de esos, el profesor Herbert Haag 7 (editor del Diccionario Herder de la Biblia), presentó un erudito argumento refutando la existencia del diablo….”

En otro de sus blog escribe:

“Como cristiano, creo que el socialismo democrático (realmente socialista, realmente democrático) es el sistema socio-económico hoy que mejor corresponde a la visión bíblica de la sociedad y la economía. ¿Dónde existe una democracia real? En EUA definitivamente que no, ni en Costa Rica y los demás países capitalistas del hemisferio, que no son democracias sino plutocracias seudo-democráticas electoreras. Son gobiernos de los ricos, por los ricos y para los ricos. En cuanto a la justicia económica, y a pesar de todos los pesares, Cuba está entre los mejores, si no el mejor país de todo el continente americano.”

O que les parece esta entrada:

«¡te deseo una Navidad incómoda, inquieta, de lucha! Que el Niño te conceda una Navidad combativa!»

Que espectáculo! Lo que no se ha dado cuenta este apologista del error, es que la iglesia ha privilegiado desde sus comienzos su preocupación por  los pobres. Muchos misioneros en el mundo arriesgan hasta sus vidas por la salvación de los más necesitados. Estos misioneros no les llevan la pervertida versión del evangelio que el teólogo Stam esta tan preocupado de predicar, sino la verdadera liberación que Jesús entrega, pues El dice que ‘conocereis la verdad, y sereis verdaderamente libre’.

“Ellos son del mundo;  por eso hablan del mundo,  y el mundo los oye.” 1 Juan 4:5

 

Gabriel

Servidor de Jesus

Resources

  1. God the Liberator: Theology, history, and politics. Luis N. Rivera-Pagán
  2. God the Liberator: Theology, history, and politics. Luis N. Rivera-Pagán
  3. http://es.wikipedia.org/wiki/Teolog%C3%ADa_de_la_liberaci%C3%B3n
  4. Los errores de la Teología Marxista de la Liberación. Dr. Gustavo Sánchez Rojas
    Profesor de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima, Peru
  5. Los errores de la Teología Marxista de la Liberación
  6. Ernst Bloch. Filosofo Marxista Alemán. (Julio 8, 1885 – Agosto 4, 1977)
  7. Herbert Haag, Teólogo Liberal Católico Suizo ( Febrero 11, 1915- Agosto 23, 2001)

Un comentario

  1. Me gusto mucho tu articulo, creo que resalta muy bien las diferencias que tenemos con los izquierdistas seguidores del humanismo, donde el hombre es el proposito de toda accion.

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