Discipulo


El Discípulo

En el Nuevo Testamento hay varios nombres usados para identificar a los seguidores de Jesucristo:

  • Testigos – Hechos 1:8;  1:22; 2:32; 3:15; 5:32
  • Cristianos – Hechos 11:26
  • Discípulos – Mateo.28:18-20
  • Santos – Hechos 9:32,41

De estas cuatro definiciones, el concepto de testigo es afín a discípulo, pues este tiene que testificar acerca de la salvación en Jesucristo. El nombre de cristiano fue dado por primera vez en Antioquia para referirse a aquellos que seguían a Jesucristo.

En cuanto al seudónimo de Santo, este es usado muy a menudo por el apóstol Pablo para significar “aquel separado” para  el Señor, que es el significado de la palabra Griega “hegio”. (para un estudio de “Santo” ir aquí)

De tal forma que un discípulo es aquel cristiano, hombre o mujer, separado para testificar acerca de las virtudes de nuestro salvador Jesucristo, y el amor del Padre celestial para con nosotros. (vea ¿Cómo testificar? en la columna derecha)

Todo creyente en Cristo Jesús, tiene la obligación de testificar, pues el Señor nos dice: “y me seréis testigos hasta lo ultimo de la tierra” (Hechos 1:8)

El compromiso del discípulo con su Señor es total, pues El dice con claridad:

buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas serán dadas por añadidura” (Mateo 6:33). Nuestro primer objetivo en la vida debe ser buscar el Reino de Dios, es decir aplicarnos a las tareas que nos demanda nuestro Señor y que han sido establecidas en su palabra, para su Iglesia.

El Señor define los requerimientos de quienes quieren ser su discípulo:

“Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.

Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?
No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil?
Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo”.
(Lucas 14:26-33)

La vida del discípulo se identifica por estar caminando bajo el señorío de Cristo y Su voluntad. «Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mi; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cuál me amó y se entregó a si mismo por mi«.  (Gálatas.2:20).

Así mismo como Jesús se despojo de todo por amor a nosotros, también fue exaltado hasta lo sumo por su obediencia:

“el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,” (Filipenses 2:6-9)

Igualmente el discípulo deberá dejarlo todo por su Señor, y cuando sea tiempo será exaltado:

“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte cuando fuere tiempo;” (1 Pedro 5:6)

Bendita sea las promesas de Dios!

Asimismo como Jesús fue llamando a sus discípulos, hoy día llama a hombres y mujeres para llevar el evangelio de salvación a todo el mundo.

En el amor de Cristo

Gabriel

7 comentarios

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